El Pelado era el chofer del “Canberra”, el mítico colectivo de la Escuela Alberdi, por años. Siendo gurizón, todavía, y después de terminar el laburo en las Secciones, veo que un grupito de mis compañeros hablaba con el Pelado, que vivía casi enfrente de la plaza de la Escuela.
“No sabés lo que fue” alcancé a escuchar, en una conversación que ya había comenzado. “La cuestión fue controlar el colectivo. Felizmente salió todo bien.” El Pelado contaba con lujo de detalles cómo se había quedado sin frenos bajando de una empinada loma, en Córdoba. “Y lo fui maniobrando con los cambios. Llegamos abajo sin ningún rasguño.” Y se echó a reír. Cuando nos fuimos para el Internado, el Topo Beltramino me dice: éste nos metió una hueca.
Al año siguiente, íbamos a Carlos Paz con una delegación de la Escuela a la casita. Vi cómo el Pelado, maniobraba entre las lomadas, manejando con una mano. Yo me acerqué, mientras bajábamos, regulando y le digo: “Todo bien, Jefe?” Sí, negro, me largó. Una vez me quedé sin freno, dijo, y me cerró un ojo.
Siempre te recordaremos, Pelado Ramírez.
Andrés Borgetto, alberdino, promoción bachiller 1983
gracias a todos aquellas personas que se acordaron de nuestro padre le dejamos un abrazo de «Alberdino»
Gracias ro paa todas las personas que se acordaron de nuestro padre le dejamos un abrazo de «»Alberdino»
Como no acordarnos del Pelado, nosotros (Promocion 68) tuvimos la suerte de hacer el 2do viaje con el Camberra, Cordoba, San Luis. San Juan y Mendoza donde no pudimos llegar al Cristo Redentor porque se nos apuno el colectivo, si demostró sus caulidades de chofer en los Caracoles de Villavicencio. Un gran recuerdo para el.