¿Y si no era un asteroide, sino una nave espacial?

Rocoso, metálico y tan alargado como un puro, el extraño Oumuamua será rastreado en busca de ondas de radio por si fuera un artefacto alienígena.

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La primera visita conocida de un objeto interestelar supuso, hace apenas algunas semanas, un auténtico acontecimiento para los astrónomos de todo el mundo. El pasado 19 de octubre, en efecto, el telescopio Pan-STARRS1, en Hawái, localizaba un débil punto luminoso que se desplazaba a gran velocidad por el espacio, alejándose del Sol. Por su extraña órbita, pronto quedó claro que el cuerpo, probablemente un asteroide, procedía de más allá del Sistema Solar, y que había llegado hasta nosotros después de un largo viaje a través del espacio, quizá de millones de años de duración. Nunca antes los astrónomos de la Tierra habían visto algo semejante. Y ahora, un equipo de investigadores se pregunta si en realidad se trataba solo de una roca, un objeto natural, o si por el contrario existe alguna posibilidad de que hayamos asistido al paso de una nave construida por una lejana civilización extraterrestre.

En noviembre, los científicos pudieron describir con bastante detalle el objeto, bautizado con las siglas 1I/2017 U1 y conocido popularmente como Oumuamua («mensajero de lejos que llega primero», en hawaiano). Rocoso y metálico, mide 400 metros de largo, unas cuatro veces la altura de la Estatua de la Libertad, y tiene una curiosa forma alargada que recuerda a la de un puro. Las observaciones también revelaron que originalmente provenía de la dirección de Vega, la estrella más brillante en la constelación de Lyra. Su pase más cercano a nuestro Sol tuvo lugar en septiembre de 2017, y actualmente se aleja de nosotros, de regreso al espacio interestelar.

Sin embargo, desde el principio los científicos se dieron cuenta de que Oumuamua era un cuerpo peculiar. Tanto, que ya hay quien pretende llegar hasta él, interceptarlo y explorarlo más a fondo. Una hipotética misión, llamada Proyecto Lyra, fue presentada recientementew en ArXiv por la Iniciativa para Estudios Interestelares (i4iS), una organización formada por científicos e ingenieros que pretende impulsar los viajes espaciales a otros sistemas solares en el futuro cercano.

En busca de ondas de radio en Oumuamua

Pero hay quien ha ido, incluso, más allá. Como el millonario Yuri Milner, impulsor del ambicioso proyecto Starshot, parte del programa de investigación Breakthrough Listen, que con el respaldo del mismísimo Stephen Hawking pretende, entre otras cosas, construir un enjambre de micro naves capaces de llegar a Alpha Centauri, la estrella más próxima al Sol, a 4,3 años luz de distancia, en un viaje de apenas veinte años de duración. La cuestión es que Milner se está tomando muy en serio la posibilidad de que Oumuamua, el primer visitante llegado de fuera del Sistema Solar, sea en realidad una sofisticada nave espacial alienígena.

Milner, además, no es el único que piensa eso. En efecto, y poco después de reunirse con el director del Departamento de Astronomía de la Universidad de Harvard, Avi Loeb, Milner anunció que Breakthrough Listen utilizará su telescopio de Green Bank para comprobar si Oumuamua está emitiendo algun tipo de señal de radio, lo que revelaría que, en realidad, es mucho más que una simple roca espacial. Las observaciones con el telescopio tendrán lugar este mismo martes, a partir las 9 de la noche, hora de España.

¿Una sonda alienígena?

En un email enviado por Loeb a Milner y recogido por la revista Futurism, el astrónomo afirma que «cuanto más estudio este objeto, más extraño me parece, y me pregunto si podría tratarse de una sonda artificial enviada por una civilización alienígena».

Al principio, se creía que Oumuamua era un cometa, aunque la idea fue descartada casi de inmediato, ya que el objeto carecía por completo de una cola, o coma, hecha de material evaporado de su superficie. La forma del objeto, además, resulta muy extraña para un asteroide. De hecho, es mucho más largo que ancho, mientras que la mayoría de los asteroides conocidos tienen formas bastante más redondeadas.

Esta misma noche, pues, el telescopio de Green Bank observará, durante diez horas seguidas, a Oumuamua, que en estos momentos está ya saliendo de nuestro Sistema Solar, y tratará de interceptar algún tipo de señal de radio o emisión emitida por el objeto. Los propios investigadores admiten que la probabilidad de que se trate de algo más que una simple roca es muy pequeña, aunque consideran que no es imposible. En cualquier caso la respuesta, tras el análisis de los datos, podría estar disponible dentro de apenas unos días.

Fuente: ABC

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